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La crisis viral de esta semana es la que enfrentaron los seleccionados del TRI que decidieron organizar una despedida muy “Hot”.
La revista TVyNotas, con un tiraje promedio de 782,000 ejemplares semanales, subió en sus redes sociales las fotografías de los jugadores de futbol mexicano enfiestados con 30 escorts con el titular “¡La verdadera despedida del TRI!”
Todos los medios deportivos nacionales y algunos internacionales le dieron vuelo a la nota.
El 60% de las impresiones en los post y tuits serían apoyando a los seleccionados y criticando a los medios que difundieron la fiesta privada. El otro 40% compartió su molestía por la falta de profesionalismo de los portadores de la verde.
El tema dominó el 45% de la conversación digital, cerca de 13 mil tweets en los cuales fiesta, escándalo y escorts figuraban en la nube de palabras de las herramientas de escucha social.
No faltó que algunos vieran la crisis como oportunidad, una de las escorts VIP aprovechó el tren para incrementar seguidores mediante declaraciones y fotos provocadoras, para crecer tanto en tan poco tiempo sin el incidente con los seleccionados la acompañante hubiese tenido que pagar hasta 12 pesos por seguidor.
La FEMEXFUT informaría que no tomará medidas disciplinarias en contra de los astros del balompié involucrados, ya que esa reunión fue en sus días libres. 24 horas después la Federación anunciara mediante un comunicado en redes sociales que Héctor Herrera, uno de los jugadores involucrados, rompería concentración por motivos familiares.
La especulación no se hizo esperar, ahora Héctor absorbería la crisis casi en su totalidad. Más de 57 mil tuits lo hicieron notar, la mayor parte de los mensajes eran en tono de burla, preocupados por el estado anímico del seleccionado a días de comenzar el mundial y sobre su matrimonio. Memes, vídeos, invitaciones a marchas, entre otros fueron los formatos que virilizarían el tema.
El 16 nacional se mantendría en silencio, una disculpa sincera en vídeo pudo parar la ola. Este es un claro ejemplo de cómo una fiesta o una acción indiscreta nos pueden llevar a una crisis no sólo viral, sino personal y familiar.